No siempre es fácil. De hecho, siempre complica mucho más las cosas. Podría limitarme a trabajar para mis clientes. Eso sería simple. Me limitaría a hacer lo que me piden, cobrar, y listo. Pero no sería lo correcto. Además, los remordimientos no me dejarían dormir. Y es que muchos clientes no conocen (ni tienen porque conocer) el mundo del Marketing Online.
Es por ese motivo por el que siempre trabajo para los clientes de mis clientes. Y para eso debo meterme en la piel de mi cliente. Pienso constantemente que se trata de mi negocio, y no del negocio de mi cliente. De otro modo, puedes caer en la tentación de simplemente hacer lo que te piden, aunque no sea siempre lo más acertado.
Si un cliente me pide que use Comic Sans, que ponga un MP3 de música de fondo, o que programe un agresivo pop-up nada más acceder a la web, me negaré. No sólo por una cuestión de buen gusto, sino ya de principios. Yo no lo haría si el negocio fuera mío. Así pues, tampoco lo haré para el suyo.
Eso me ha llevado a tener que renunciar a más de un cliente, claro. Hay algunas empresas y directivos que tienen muy claro lo que quieren hacer, y les da igual que sea una mala decisión. Sobretodo las grandes empresas, con mandos directivos medios, grandes, pequeños y todo tipo de cargos y roles complejos, en el que la toma de decisiones suele venir "de arriba" (en serio, a veces pienso que los de arriba se fuman algo en las reuniones de toma de decisiones). Algunas veces ni siquiera se sabe quienes son, pues las decisiones vienen "de la central", o "de dirección". Como si eso fuera un planeta de otra galaxia.
Pero yo soy "consultor". No un "programador". Ni "diseñador". Ni un "robot" que transforma sus pensamientos en proyectos acabados. Mi valor añadido es precisamente ese: Mi opinión. Y no una opinión subjetiva, sino la opinión fruto de mi experiencia. Si lo que quieren es un robot que simplemente convierta sus diseños en web, para eso que contraten a un programador puro, que los hay (y muy buenos) o que lo pongan en plantilla, que no tendrá ningún inconveniente en hacer todo lo que se le pida.
No es que quiera darme de listo, ni que afirme que yo siempre tenga la razón, ni mucho menos. Durante todos los años que llevo en esto me he equivocado muchas veces, y lo he tenido que solucionar. ¡Como todo el mundo! Pero son precisamente esos errores los que me han hecho mejorar y aprender. Y a su vez, son esos mismos errores los que no debe cometer mi cliente. Precisamente para eso se me contrata. Para consultarme. ¿Tiene sentido, verdad?
Así pues, volvamos al título del post. Trabajo para los clientes de mis clientes. O sea que cuando me piden "colocar un slider en la home" porque los otros lo hacen, no lo hago sin primero pensarlo, y preguntarme si tiene alguna utilidad. Y no me pregunto "¿Me sirve de algo este slider?", ni siquiera me pregunto "¿Le servirá a mi cliente este slider?", sino "¿Le servirá al cliente de mi cliente este slider?" Y si la respuesta es "no", se lo explico a mi cliente. Le cuento porque creo que no es una buena decisión, y se lo justifico a través de otros casos reales de éxito o fracaso similares al suyo, con datos, con ejemplos, con referencias. Ese es mi valor añadido.