Cuando alguien quiere una web y empieza a pedir presupuestos, lo más seguro es que acabe alucinando por la disparidad de precios. ¿Cuánto cuesta una web?
Cuánto debo pagar, cuánto debo cobrar
Una de las preguntas que recibo con más frecuencia viene de dos formas. Por una parte, hay pequeñas agencias y desarrolladores freelances que me preguntan "¿Cuánto debería cobrar por hacer una web en WordPress?". Por otra parte, muchos clientes, que colapsados por la multitud y disparidad de presupuestos me preguntan "¿Cuánto debería pagar para que me hagan una web en WordPress?".
Los que me conozcáis, ya sabréis la respuesta. Depende. Yo mismo he hecho webs basadas en WordPress que van desde los 500€ hasta 50.000€. Pero evidentemente nada tienen que ver unas con otras. Así que voy a intentar dar ciertas pautas para ayudar tanto a agencias como a clientes, para que sepan lo que pueden pedir o deberían pagar.
Además, en la mayoría de ocasiones el cliente tiene un presupuesto inferior a lo que desea. Seguramente ya lo habréis notado en más de una ocasión. De hecho, el cliente suele tener un presupuesto unas 2 o 3 veces inferior a lo que quiere conseguir.
Evidentemente yo no soy nadie para decir a que precio deberían cobrarse las cosas, cada uno tiene su estrategia de precios y sus niveles de calidad. Simplemente os daré algunos números basados en mi experiencia y de los proyectos que he dirigido o en los que he colaborado. Espero sea de ayuda :)
El valor que aportas
El primer factor a tener en cuenta es el valor que estás aportando (o recibiendo). Fijémonos que hablo del valor, y no de las horas que le dedicas. Por supuesto que tienes que saber cuantas horas dedicas a cada proyecto, pero no deberías basar tu presupuesto en ello.
Imagina el caso de un cliente que viene y te pide una web con varias funcionalidades, que requiere WordPress, varios plugins y cierta modificación de código. Y que en total le dedicas 100 horas a un cierto precio que tu consideras justo.
¿Qué pasaría si el día siguiente otro cliente te pide exactamente lo mismo? Como ya tienes experiencia, ya no tardas 100 horas, sino 50. ¿Qué ocurre ahora? Le cobras la mitad que al otro cliente, con el consiguiente agravio para el primero? ¿O le cobras lo mismo para ser más "justo", aunque eso implique que estás cobrando las horas al doble de precio?
En ocasiones no es tan evidente, pero está claro que como agencia o profesional irás mejorando tu rapidez y eficiencia en el desarrollo. Así pues, ¿qué debes hacer? Cobrar más barato porque vas más rápido es tan incoherente como cobrar lo mismo por trabajar la mitad.
Así que lo mejor es pensar en clave de valor. ¿Qué valor estás aportando al cliente? Y poner el precio en función de eso. ¿Acaso pensáis que Apple tiene en cuenta los costes de fabricación de un iPad para calcular el precio de cada unidad? Por supuesto que los conoce, pero no los usa para calcular el precio de venta. Ese lo calcula a partir de otros datos demográficos y socioeconómicos.
Por cierto, si os interesa aprender más sobre cómo establecer precios, os encantará el curso de pricing que empezaré el miércoles día 20. ¡No os lo perdáis! ;)
La relación a largo plazo
Por otro lado tenemos el tipo de relación que hay con el cliente. No es lo mismo un cliente que sólo quiere una web y listos, que alguno que quiere también contratar el mantenimiento de la misma, o incluso servicios de marketing online para la misma.
Mucho cuidado aquí porque no estoy hablando de aquellos clientes que te prometen que "si esto sale bien, llegarán muchos más proyectos". Normalmente estas promesas se las lleva el viento, especialmente en los casos en los que el cliente te lo asegura cada dos por tres. Estoy hablando de clientes que te contratan esos servicios de entrada, o incluso de clientes actuales que hace tiempo que trabajan contigo.
En ciertos casos en los que el cliente tiene contratado un servicio de alto precio, incluso se debería considerar incluir en ese precio una renovación de la web cada cierto tiempo. Así pues, en el momento de calcular el precio, deberemos tener muy en cuenta esa variable.
Empezar con precios bajos
Otro punto clave a tener en cuenta es lo ocupado que estés. ¿No estás trabajando en ningún otro proyecto, o tienes 4 proyectos más en paralelo? ¿Tienes lista de espera de clientes o no sabes en lo que vas a trabajar en cuanto acabes este?
Cuando alguien empieza en este mundo tiende a agarrarse a un clavo ardiendo. Especialmente si tiene responsabilidades económicas que afrontar. Y lo más fácil es bajar precios, pensando que así será más fácil conseguir más clientes.
Craso error.
Aunque os parezca mentira, debéis saber que de promedio, sólo un 14% de los compradores se inclinan por un producto u otro sólo por el precio. Otros factores como la calidad, la seguridad y la confianza están muy por encima del simple precio.
Si no fuera así, todos tendríamos un KYA o un TATA. Pero compramos Ford, Seat, Opel o BMW. ¿Porqué no compramos lo más barato? Los KYA te llevan igual, ¿cierto? Pues no lo hacemos precisamente porque valoramos otros atributos por encima del precio.
Tipo de proveedor (freelancer VS agencia)
Normalmente (aunque no siempre) si pides varios presupuestos verás que los freelances o sea, los autónomos de toda la vida, suelen ser más baratos que las agencias.
Esto suele ser así porque normalmente las agencias tienen más gastos fijos y administrativos que repercuten a sus precios. Por otra parte, es más fácil que los autónomos se conformen con menos, por lo que comentábamos antes, cosa que algunas agencias no pueden permitirse.
Por otro lado, las agencias suelen tener un diseñador y un programador, incluso a veces un project manager, con lo que debería ser más seguro que se cumplan los plazos, aunque estos sean un poco mayores. O al menos eso es lo que percibe el cliente final, que en ocasiones puede tener la sensación que un freelancer puede "desaparecer" en cualquier momento.
Esto que parece que no venga a cuento con los precios en realidad está totalmente relacionado. Un cliente paga precio de "agencia" porque quiere más estabilidad, seguridad, solvencia, etc. Aunque eso pueda no ser cierto, es lo que percibe. Prefiere pagar más a cambio de todo eso.
En cambio hay quien prefiere trabajar con una sola persona que lleve el proyecto de principio a fin, con el que hablar de precios, diseño, programación y marketing, sin tener que lidiar con 4 personas distintas.
Tipos de cliente (fácil vs difícil)
Otros factores que debes tener en cuenta al calcular un presupuesto para un cliente es, evidentemente, el tipo de cliente que es y sus circunstancias.
Por ejemplo, puede ser que el cliente tenga varias personas de contacto. O sea que no es una única persona, sino que debes hablar con dos o tres. Quizás el director general, el de marketing y el product manager.
En ocasiones sólo hay un interlocutor, pero este no tiene poder de decisión, sino que es un mando intermedio este debe hablar con su jefe, el jefe de su jefe, o incluso un comité (horror!). En esos casos debes considerar también el tiempo y vueltas que vas a tener que dar.
También es peligroso el cliente que no sabe lo que quiere, pero que tampoco le gusta ninguna propuesta. Puedes encontrarte en la situación que ya has dedicado todas las horas que tenías pensadas dedicar, y aún no se ha aprobado ni una propuesta de diseño.
Muchas veces el cliente es coherente y práctico, pero también te puede salir un cliente muy perfeccionista que está dispuesto a intercambiar 25 emails por cada minúsculo detalle. Esto también deberías considerarlo dentro de tus posibilidades. Y en ocasiones no sólo correos, sino también llamadas o incluso reuniones (peligro!). En tal caso suele ser habitual incrementar de un 10% a un 20% el precio global. Después de todo si alquien quiere perfeccionismo, debe pagar por esa cualidad.
Tipo de web
Finalmente hablemos del tipo de web. Preguntar "¿Cuánto vale una web?" Es lo mismo que preguntar "¿Cuánto vale un coche?". Depende del coche. Intentemos hacer un poco de clasificación.
Una opción que marca mucho la diferencia es hacer una web a partir de un theme o plantilla ya existente, o hacerla desde cero.
En el caso de usar un theme se simplifica mucho todo el proceso y el tiempo dedicado al proyecto. Pero debemos ir con mucho cuidado porque los themes son lo que son, y en la mayoría de casos el cliente deberá adaptar el contenido a lo que hay. Cierto es que hay themes con flexibilidad de diseño, pero la ley de Murphy dice que el cliente querrá cambiar algo que ese theme no permite modificar. Y entonces es cuando descubrirás que modificar esas cosas en un theme prediseñado es un engorro de código y tiempo.
Por otra parte, hay la posibilidad de hacer un theme desde cero. O sea, diseñar desde cero con Photoshop, luego maquetar y finalmente integrarlo con el PHP de WordPress. Eso requiere mucho más tiempo, y por consiguiente, un mayor presupuesto.
Otro factor a tener en cuenta es que tipo de web queremos. No es lo mismo un blog que una web corporativa, un eCommerce o incluso una web con intranet para empleados o clientes. Estos parámetros pueden incrementar muchísimo el presupuesto básico.
Entonces... ¿cuánto cuesta una web?
Bien, momento de mojarse. Considerando toda la teoría que os acabo de soltar, podríamos decir que unos números aproximados serían estos:
- Una web corporativa básica partiendo de un theme prediseñado, sin modificaciones de diseño (o sea, básicamente hacer que se vea como el "demo", pero con el contenido del cliente) hecha por un freelancer está por debajo de los 1.000€, y si está hecha por una agencia por debajo de los 2.000€.
- Una web corporativa básica partiendo de cero, con diseño personalizado hecha por un freelance debería estar entre 3.000 y 5.000€, y si está hecha por una agencia entre 5.000 y 10.000€.
- Una web con funcionalidades extra, (Intranets, directorios, sistemas de compra venta y funcionalidades no estándar) que implique aplicar ciertos plugins o incluso modificarlos, se movería en un intervalo entre 5.000€ y 10.000€ para freelances y de 10.000€ a 20.000€ para agencias.
- Una web con desarrollo personalizado, (Intranets, directorios, sistemas de compra venta y otras funcionalidades) que implique crear plugins, se movería en un intervalo entre 10.000€ y 15.000€ para freelances y de 20.000€ a 30.000€ para agencias.
- Los grandes proyectos que usan WordPress puramente como framework para construir un proyecto completamente personalizado, ya sea una web, una aplicación, una API o cualquier otro sistema de gestión de información único y singular, pueden moverse en un intervalo de 30.000€ a 100.000€.
Una vez más, esto son sólo cifras aproximadas, pues dependiendo de todo lo que hemos hablado al principio del post, estos precios pueden aumentar o disminuir.
También tener en cuenta que en este caso estoy hablando del mercado de los profesionales de WordPress. Evidentemente que podéis encontrar a alguien que os "monte un WordPress" por 300€ con un theme de Themeforest en una mañana. Pero aquí estoy hablando de freelances y agencias especializadas en WordPress, que conocen y trabajan con los mejores themes y frameworks (como Genesis, underscores, Hybrid, roots o bones, entre otros), que conocen los mejores y peores plugins, sus incompatibilidades, sus hojas de ruta e incluso a sus autores (con los que a veces mantienen contacto directo). Que son capaces de modificar un plugin o incluso crear uno si fuera necesario, y que saben programar en PHP, CSS, y Javascript (como mínimo).
Conclusión
El precio de una web depende de muchos factores, pero por encima de todo lo más importante es el valor de lo que estás buscando (u ofreciendo).
En ocasiones sólo necesitarás un implementador de WordPress que te lo solucione por 300€, en ocasiones un desarrollador que te haga un buen trabajo por 3.000€, y en algunos casos una agencia que te cobrará 30.000€ por un gran proyecto. Todo va en función de tus necesidades.
En fin, espero que todo esto os haya servido de algo. Más que por los números que he dado, por los factores que he mencionado, y que deberían considerarse, tanto si eres un cliente buscando un desarrollador, como si eres un desarrollador buscando clientes ;)