Ha llegado uno de los momentos más difíciles de la confección de una web. Rellenarla con contenido. Y digo que es un momento difícil no por su complejidad, sino porque no depende de nosotros, sino del cliente. Y en muchas ocasiones, y por lo raro que parezca, no siempre lo tiene a mano (ni en ninguna otra parte).
Conseguir el contenido
Si tenemos la suerte que lo tienen y nos lo entregan, genial, os podéis saltar este punto. Pero si no cae esa breva, veamos lo que podemos hacer.
Antes que nada, definamos exactamente lo que es el contenido. Me refiero a textos, imágenes, audios, vídeos, PDFs, y todo material multimedia que debe aparecer en la web. Incluso los artículos que se incorporen en un futuro en el caso que haya un blog corporativo. Como ya dije en el artículo Un proyecto de principio a fin, si se trata de un rediseño web el tema no tiene ningún problema, pues el contenido ya existe. Pero si es una web de nueva creación, en muchas ocasiones no esta creado. Curiosamente esto suele pasar más con las empresas ya consolidadas, que nunca han llegado a escribir ni un "¿Quiénes somos?". En cambio las nuevas startups es por lo primero que empiezan.
Mucha gente no verá un gran problema en la creación de contenido. No puede ser muy difícil sentarse delante del ordenador y escribir 5 o 6 apartados de la web, ¿verdad? Pues la verdad es que sí. Tengo algunos clientes que tienen pánico a escribir. Porque no saben, o porque creen que no saben. El caso es que se va demorando la entrega de los textos excusa tras excusa, haciendo el proyecto eterno.
Llegado a este punto, tenemos un par de soluciones, aparte de no hacer nada hasta que el cliente entregue el contenido, que no suele funcionar (y los proyectos se quedan en el limbo de los proyectos web, junto con los calcetines que desaparecen en la lavadora).
Crear el contenido tu mismo
Otra opción es escribir tu mismo el contenido. Yo suelo desaconsejar esta práctica, por varios motivos. Para empezar, porque no es mi trabajo. No me pagan por escribir contenido, sino por dirigir un proyecto web. Y tampoco me sale a cuenta, pues las horas que le dedicaría me restarían de horas de dirección de proyectos. Finalmente, porque no soy un gurú de todos los temas del mundo. ¿Como voy a escribir sobre un tratamiento de desintoxicación, un servicio de recepción de extranjeros, o un sistema de virtualización de servidores? No es mi mundo ni mi sector. El contenido debe ser original y de calidad. Así pues, debe estar escrito por un profesional que sepa muy bien de lo que habla.
Contratar a alguien para que lo haga
Llegamos pues a la opción que yo utilizo. Si el cliente no es capaz de escribir su contenido, debemos contratar a alguien para que lo haga. En función de cada caso se buscará el perfil de redactor de contenidos más apropiado. Suele ser un periodista o escritor con estudios o intereses relacionados con el cliente. Aunque en algunos, si el contenido no es muy técnico, un periodista bastará. En mi caso tengo relación con varios redactores de contenidos con distintos perfiles, y en función de cada caso, le ofrezco al cliente que contrate a uno o a otro. Yo de esto no saco nada, es decir que el cliente contrata y paga directamente al periodista. Yo únicamente tengo la ventaja de poder trabajar con alguien que conozco, por lo que el proceso es mucho más fluido.
Listar el contenido
Tan importante como saber quién creará el contenido, es saber que contenido se debe crear. Veamos pues los principales
Contenido inicial
Todo aquel material multimedia que necesitamos incorporar a la web para poder abrirla al público:
- Textos de cada apartado principal
- Textos complementarios (aviso legal y política de privacidad)
- Imágenes y fotografías ilustrativas de cada apartado
- Vídeos y archivos de audio
- Documentos PDF (catálogos de la empresa, libros, etc.)
Contenido futuro
Pero el tema no queda ahí. Google valora el contenido original (inédito) i de calidad, pero también debe ser fresco y frecuente. O sea que no podemos esperar lanzar una web con un contenido muy bueno y esperar que se posicione eternamente. Lo que deberíamos hacer es:
- Frecuencia: Cada cuando se añadirá contenido a la web. ¿Cada día? ¿Semanalmente? ¿Mensualmente?
- Responsable: Lo mismo de antes. Debemos saber quien escribirá todo el contenido, y en caso que no haya nadie, se deberá asignar.
- Tipología: Tipo de contenido: Textos, fotos, videos, etc.
Contenido de redes sociales
Finalmente, no todo acaba en la web. Y aunque este artículo va de "Contenido de una web", debemos pensar en el contenido que irá a las redes sociales en caso que las haya. ¿Será el mismo, o distinto? En caso que difiera del de la web, también deberemos pensar en ellos del mismo modo que lo hacemos en el contenido futuro.